18 may 2012

El por qué de un presupuesto personal


Ecuación de Micawber:
Ingreso 20 libras; gastos 19 libras, 19 chelines y seis peniques = felicidad.
Ingreso 20 libras; gastos 20 libras y seis peniques = miseria.
(David Copperfield, Charles Dickens)
Un presupuesto  personal es el ejercicio que hacemos  para poder tener una imagen clara de cómo y en qué gastamos el dinero, de manera que podamos definir nuestros propios objetivos  y caminar hacia la consecución de los mismos.

En esta entrada vamos a intentar explicar las múltiples razones por las que merece la pena hacer un presupuesto, ya en una entrada posterior detallaremos como hacer un presupuesto.

Se puede vivir sin presupuesto, si por supuesto, de la misma manera que se puede viajar sin un mapa, pero al igual que el mapa, el presupuesto nos indicará el destino al que nos dirigimos y nos ayudará a conseguirlo mostrándonos poco a poco el camino.

En nuestro presupuesto personal vamos a incluir la lista de todos los gastos que tenemos, separados por categorías, lo que nos va a dar el total de los gastos realizados.
No debemos ver el presupuesto como algo que nos restringe el gasto, sino más bien como una herramienta que nos va a  ayudar a maximizar nuestro dinero , utilizándolo en aquello que conscientemente hemos elegido.
Para poder entender algo mejor esto vamos a detallar las ventajas que nos ofrece un presupuesto:

Ø  Nos va a servir de mapa. Cuándo creamos un presupuesto vamos a poder tener una imagen visual de todos nuestros gastos. Y nos indicará como si de un mapa se tratara la dirección que seguimos. Cuándo nos desviamos lo único que tenemos que hacer es cambiar el plan. Es decir, el presupuesto no es un documento fijo, sino que se tiene que ir adaptando a nuestra vida y a nuestras condiciones personales mes a mes.
Ø   Nos muestra los gastos superfluos. Como hemos dicho antes cuándo hacemos un presupuesto detallado con las categorías que nosotros decidimos, podemos ver en que categorías hemos gastado nuestro dinero. Podemos de esta forma darnos cuenta  que estamos gastando dinero en cosas que realmente nos resultan superfluos o innecesarias, y por tanto nos revelan que tenemos que realizar un cambio en nuestra vida. Evidencian la realidad y nos permiten tomar nota y cambiar.
Ø  Nos ayuda a controlar el gasto. Puede que cuando empezamos a seguir un presupuesto, gastemos más que lo hemos presupuestado, eso nos permitirá pensar y decidir de que partes podemos reducir para conseguir gastar menos Así poco a poco vamos a  ir modificando el presupuesto consiguiendo una reducción de gastos con pequeños cambios de hábitos.
Ø  Creamos nuevos hábitos. Estos esfuerzos que realizamos para ajustarnos al presupuesto, hará que vayamos cambiando poco a poco los hábitos de gasto que se irán manteniendo a lo largo del tiempo. Aprenderemos por ejemplo a evitar gastos innecesarios y dedicar el dinero en cosas para la casa quizás más necesarias. Podremos tener más dinero lo que nos va a permitir ir reduciendo nuestra deuda o ahorrar para algún objetivo a largo plazo.
Ø  Nos reduce  el estrés. Si seguimos un presupuesto durante un año o más, vamos a tener una idea clara de nuestra situación financiera y vamos a poder saber con mayor seguridad si podemos irnos de vacaciones o si nos podemos permitir una compra grande. Además como los gastos anuales los presupuestamos cada mes, cuándo nos llegan  las facturas tenemos los fondos suficientes para pagarlas, evitando de esta forma las preocupaciones.
Ø  Alineamos las prioridades  de la familia.  Cuándo definimos un presupuesto en familia discutimos las distintas prioridades de cada uno . Pero  conversando vamos  a poder unificar las diferencias y vamos a evitar o reducir en gran medida las discusiones de dinero. Al identificar  las discrepancias antes de que ocurran , mejorará mucho la situación.
Ø  Coordinamos los esfuerzos de la familia. Al definir cantidades específicas a cada una de las categorías todos los miembros de la familia tenemos  información. Por ejemplo si hemos decidido tener un objetivo que sea unas vacaciones familiares al año, tenemos que quitar parte de otras categorías para poder ahorrar para el viaje.
Ø  Transforma el dinero en una herramienta. Al presupuestar todo el dinero que gastamos,  conseguimos  cambiar nuestra actitud hacia el dinero. En vez de comprar impulsivamente, vamos a considerar el dinero como  una herramienta para conseguir nuestros objetivos y necesidades. Los niños que han crecido con un presupuesto aprenden el valor del dinero porque se involucran en las decisiones necesarias para establecer los objetivos.
Ø  Crea margen y nos permite ahorrar. Cuándo seguimos un presupuesto, conseguimos ir reduciendo gastos y a igualdad de ingresos, conseguimos que la diferencia sea cada vez mayor. Esto nos permitirá ahorrar de una manera fácil y casi automática lo que nos permitirá definir objetivos a corto y largo plazo. Empezaremos a ahorrar para los gastos anuales y continuaremos con objetivos financieros a más largo plazo. Algo que te parecía impensable antes de tener un presupuesto, lo tenemos ahora al alcance de la mano.

Por tanto el presupuesto nos permite acelerar tus objetivos financieros.

Al principio hacer el presupuesto te requerirá algo de tiempo, al menos durante los primeros meses. Tienes que aprender a mantenerlo, revisarlo cada mes y adherirte al plan establecido para mejorar tu situación financiera de acuerdo con tus objetivos. Pero pronto será pan comido y lo harás con el piloto automático puesto.

No olvides recompensarte a ti y a tu familia pero recuerda que no todas las recompensas tienen por qué ser monetarias.

14 feb 2012

DIA DE SAN VALENTIN

Hoy día de San Valentín, o día de los enamorados es un día para demostrar de alguna forma, a las personas que amamos que realmente les queremos. Sí, se que es un día comercial y que el amor se puede demostrar cualquier día, pero como a mi me gusta celebrar las fechas cuándo tocan, os trasmito una idea que he leído hace poco y que parece interesante, curiosa, sencilla, barata y personal de demostrar nuestro amor. Esto es regalando experiencias, nuestro tiempo, nuestro esfuerzo.
La idea es sencilla, se trata de regalar un paquete de cupones a disfrutar en el futuro. Las actividades las puedes poner tú. Es una idea muy divertida para hacerla con niños de todas las edades. Les puedes regalar un conjunto de cupones a cada uno, aunque también se puede aplicar a la pareja.




El formato lo he sacado del blog “Super Mom Saving”, y estos son los ficheros que podéis imprimir:

Cupón 1  ( Aquí encontráis la portada, para quién va dirigido y  un cupón para personalizar)
Cupón 2 ( Tres cupones para personalizar)
Cupón 3 ( Tres cupones como, vale por una película que elijas, una noche familiar de juegos de mesa y  vale por un desayuno en la tienda de donuts) Estos están ya hechos y están en inglés, con lo que yo recomiendo que uséis lo que se pueden personalizar.)
Cupón 4  (vale por ir de compras con mamá, vale por una visita a la heladería o vale por una cena en tu restaurante preferido)
Cupón 5 (vale por un baño de espuma)
Cupón 6 (Vale por una sesión de besos y abrazos, o por una merienda especial)
Cupón 7 (Vale por una tarde en el parque o por un día sin tareas en casa)

Cómo veis hay un sinfín de posibilidades, y se puede adaptar a los niños o a la pareja.
Imprimir la portada y el resto de los cupones que queráis regalar. Hacer dos agujeros en la parte izquierda con una perforadora e insertar un lacito rojo en ambos orificios para rematarlo con un sencillo lazo.
Si imprimís en cartulina el acabado será más profesional pero también lo podéis imprimir en papel y pegar en cartulina. ¡Yo he recortado los cupones con una tijera en zig-zag y queda precioso.!
Es muchos regalos en uno, un montón de posibilidades que agradecerán no solo el día de los enamorados, sino todos los días siguientes en que vayan disfrutando de sus pequeños premios. Prolongamos el regalo en el tiempo y trasladamos San Valentín a cualquier momento del año.

¡FELIZ SAN VALENTIN!

11 feb 2012

En tiempo de crisis: El "Día de no gasto"

Cuida de los pequeños gastos; un pequeño agujero hunde un barco.

Cada día me doy más cuenta de las similitudes entre intentar ahorrar y adelgazar. No sirve de nada ponerse a dieta estricta durante un mes o lo que aguantemos, para luego comer todo aquello en lo que hemos estado soñando durante esos días, cogiendo el peso que teníamos en el mejor de los casos o incluso más en el peor; de la misma forma que no sirve nada intentar ahorrar evitando gastar durante un tiempo para acabar comprando compulsivamente y dejando nuestras cuentas peor de lo que estaban.
Por tanto, como todos sabemos, lo más importante, tanto en dietas como en ahorros es el cambio de hábitos, ir poco a poco, adaptando los cambios en nuestra vida que nos permita por un lado, comer más sano, hacer más deporte o por otro gastar menos y adquirir formas de ocio más baratas.
Pensando en las múltiples similitudes entre la dieta y el ahorro me vino a la cabeza la dieta Dukan, dónde se comenta que para el mantenimiento del peso ideal es suficiente el pasar un día a la semana a proteínas puras que lo que haría sería compensar cualquier exceso durante la semana.
¿Por qué no usar esta idea en nuestro intento de ahorro?
Empecemos convirtiendo un día a la semana como el “día de no gasto”, es decir, un día en el que no va a ser posible gastar nada durante todo el día. Desayunaremos en casa, en vez de ir  a la cafetería con los compañeros de trabajo; evitaremos ir  a la máquina de “vending” de la oficina a buscar un tentempié, botella de agua, coca-cola, chuches o cualquier otra cosa y en vez de eso llenaremos nuestra botella de agua en el baño y beberemos varias botellas. Nos llevaremos un tentempié  sano para media mañana y la comida en una fiambrera. Por la tarde volveremos  y disfrutaremos de nuestros placeres caseros, o buscaremos actividades que no supongan gasto alguno, como dar una vuelta por la biblioteca en busca de algo entretenido para leer.
Yo, con los niños, aprovecho para ir a la biblioteca a leer cuentos, o asisto a los cuentacuentos gratuitos que ofrece el Ayuntamiento. Si el tiempo lo permite, podemos pasar un agradable rato en el parque o si hace mal tiempo nos quedamos en casa con amigos.
Hay muchas opciones para todos según su vida; actividades que no suponen gastar dinero.
Ese día evitaremos ir al Centro Comercial a  dar una vuelta porque ello hará que tengamos sensación de privación al no poder gastar ese día.
Es una experiencia curiosa que merece la pena hacerse y al final del día, al hacer análisis, te das cuenta de que un día cualquiera tiene muchas situaciones en las que se puede gastar, aunque sean pocos euros. Estos, sumados al final del día dan una cantidad que multiplicada por 30 días al mes, supone un montante suficientemente representativo como para tenerlo en cuenta.
Otra de las lecciones que te ofrece esta experiencia es la necesidad de encontrar opciones de ocio que no cuesten dinero. Hay que identificarlos e intentar llenar nuestro tiempo con estas experiencias. Como he dicho anteriormente, una tarde en el parque, un cuentacuentos en la biblioteca, una conferencia, una visita de amigos o cualquier otra actividad que el Ayuntamiento ofrece gratuitamente son opciones que nos van dar mucha gratificación y nos van a permitir ahorrar algo de dinero respecto al que gastamos habitualmente.
Por tanto, si tu objetivo actualmente es ahorrar dinero, deberías identificar o descubrir todas estas actividades que pueden ser válidas para tu vida o con las que te sientes feliz.
Si en tu caso, el objetivo no es ahorrar, es igualmente útil descubrir con  lo que disfrutamos y que apenas cuestan dinero y llenar tu vida con ellas, puesto que de esta manera tendrás un excedente para tus verdaderos sueños.
En cualquiera de los casos recomiendo probar la experiencia del “día sin gasto” y ver como poco a poco se puede ir cambiando los hábitos. Cuándo hayas conseguido hacer  este día sin problema se puede cambiar  al fin de semana lo que supone un incremento en la dificultad pues es cuando nuestras actividades de ocio toman protagonismo.
Veréis como poco a poco se reducen los gastos  y os acercáis a vuestro objetivo.
Poco a poco te das cuenta de que tener un “día de no gasto” no es tan difícil porque tus hábitos han cambiado y no sientes ningún tipo de privación.
¿Os animáis a probarlo?